Para muchos cristianos hoy Viernes Santo es un día especial, día de la muerte de Jesús. Jesús es traicionado y abandonado por sus amigos, es apresado, es juzgado y condenado, torturado, degradado, humillado, despreciado, objeto de burla, destino de golpes y de ultrajes y quedó, como había
escrito el profeta Isaías: «No tenía apariencia ni
presencia; lo vimos (...) despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de
dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro"
No deja de ser curioso que quienes hablaban de derecho (y aún hoy se sigue aprendiendo derecho Romano) pasaran por encima del derecho a la vida, del derecho a la defensa, del derecho a un juicio justo y claro, sin esas premisas lo que sucedió no fue otra cosa que la consecuencia lógica de aquellas actitudes. Unos por miedo a los hombres, otros por no perder el poder, otros por miedo a la verdad, otros por no querer aceptar la responsabilidad de una muerte y tras la cobardía, el lavatorio de las manos como declaración de inocencia. Y Jesús es condenado injustamente y muere y sigue muriendo en cada situación de injusticia que podemos ver a nuestro alrededor o en tantos puntos distantes geográficamente pero cercanos y presentes porque las noticias van y vienen con celeridad.
Hace unos días aparecía una noticia: una adolescente de las Maldivas, fue violada por su padrastro pero se da la paradoja de que la que ha sido condenada a la reclusión, al castigo físico de los azotes cuando llegue a sus 18 años y al oprobio no ha sido el violador, sino la víctima, con la que el padrastro tuvo un hijo y al que, al parecer, mataron al nacer. El hombre, acusado de unas cuantas cosas aun no fue juzgado. La madre encubridora tampoco.
Cabe preguntarse el por qué de ese proceso y de esa condena, pero solamente encontraremos como razón que según la ley islámica, la chica ha mantenido relaciones antes del matrimonio. Los "cómo" no importan e incluso justifican la condena porque "fue voluntaria y consentida" esa relación.
Pero no es el único caso. hace unos días saltaba una noticia en Melilla. En un centro escolar "marroquí" los maestros se dedican a golpear a los niños ante la inoperancia de la dirección, conocedora del caso. Como es melilla podría pensarse que la Inspección educativa española debería de intervenir, pero nada mas lejos de la realidad: No puede hacer nada porque ese centro es "marroquí" y varios de sus profesores (si se les puede llamar asi) entre otros el que aparece en el vídeo golpeando a un niño de 9 años, pasan la frontera a diario porque tienen su residencia en Marruecos.
De los DD HH de los niños de ese colegio, para las niñas y adolescentes vendidas, prostituidas, convertidas en negocio en muchos lugares del mundo aun se sigue acordando Uno que fue juzgado sin justicia y condenado sin más culpa que la de haber pasado por el mundo haciendo el bien.